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La azalea robada

Un delito menor con un pasado pesado

Un hombre fue imputado por el hurto de una planta en Rosario. El hecho llamó la atención por su singularidad, pero su historial judicial reconfigura el caso: había salido de prisión tras cumplir condena por homicidio.

En una ciudad golpeada por delitos violentos y balaceras cotidianas, el caso de una planta robada podría pasar como un detalle menor o incluso anecdótico. Pero no lo es tanto. El 20 de julio, a los pocos minutos de haber atravesado la medianoche, Darío Ezequiel Barrientos de 31 años, fue arrestado luego de ingresar al patio delantero de una casa en Paraguay al 2700 y llevarse una azalea de color salmón. La víctima del robo, al advertir su presencia, llamó de inmediato a la Central de Emergencias del 911. El ladrón fue aprehendido minutos después por personal de la Brigada Motorizada en Pte. Roca y Gálvez. La planta fue recuperada.

Lo curioso no fue solo el objeto del hurto —una planta—, sino la pena que le fue impuesta: 60 días de prisión preventiva. El hecho generó sorpresa y cierto debate en redes sociales, en una ciudad donde crímenes mucho más graves a veces parecen tener menos consecuencias. Pero el dato que terminó de reconfigurar la percepción fue que Barrientos había salido recientemente de prisión por un delito mucho más grave: un homicidio.

Este nuevo hecho, aunque menor en apariencia, encendió alertas sobre la reincidencia delictiva y la capacidad del sistema judicial para anticipar estos comportamientos. La Fiscalía, a cargo del Dr. Juan Carlos Ledesma, argumentó que no se trataba solo de una azalea, sino de una conducta reiterada que ameritaba una respuesta preventiva. La jueza de primera instancia, Dra. Verón, coincidió y avaló el pedido.

No fue solo una planta. El delito, aunque menor, evidenció algo mayor: un sistema que debe lidiar con la reincidencia, la inseguridad y la desconfianza social. En Rosario, incluso una azalea puede contar una historia de fondo más oscura.

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