Exjefes de la AFIP de Rosario y Santa Fe son señalados por haber usado información fiscal reservada para perjudicar a competidores
El poder mal ejercido puede ser más peligroso que el delito común. Eso es lo que parece revelar una denuncia que alcanza a dos ex funcionarios de la ex AFIP, hoy bajo sospecha por utilizar información confidencial del organismo con fines personales. Carlos Vaudagna, ex director Regional de Rosario y Néstor Javier Bermúdez, entonces jefe interino de la Agencia Santa Fe, están en la mira de la Justicia federal.
La acusación no es menor: en 2019, habrían usado las bases de datos del organismo recaudador para identificar, inspeccionar y perjudicar a empresas competidoras de “Ghiaccio”, una fábrica de hielo que –según los fiscales– estaría vinculada a Bermúdez a través de testaferros. Todo esto se habría hecho desde la propia AFIP, usando recursos públicos en beneficio privado.
El escándalo se potencia al conocerse que Vaudagna ya está imputado por otro caso: supuestas maniobras extorsivas junto al ex juez federal Marcelo Bailaque. Fue justamente el análisis de su teléfono lo que permitió descubrir los mensajes con Bermúdez, donde se coordinaron acciones para obtener y compartir datos confidenciales de otras firmas.
Los fiscales Walter Rodríguez y Roberto Salum pidieron que ambos sean indagados, e impulsaron medidas como la prohibición de contacto con empleados de las delegaciones involucradas, la restricción de salida del país y el traslado de Bermúdez fuera de su área de influencia. También solicitaron medidas para evitar que el imputado se desprenda de su participación en la empresa.
Lo que empezó como una denuncia administrativa terminó revelando una práctica preocupante: el uso del aparato estatal para intereses personales. El caso abre un interrogante clave: ¿cuánto más de este hielo sucio queda por derretir?