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Cocaína en alta mar

Otro marino filipino preso por el cargamento hallado en el MV Ceci

Rowel Tagalera fue imputado y quedó con prisión preventiva por 60 días. Es el segundo tripulante del buque detenido por el contrabando de 469 kilos de cocaína, aunque la organización detrás aún permanece en las sombras. La causa por el hallazgo de 469 kilos de cocaína en el buque mercante MV Ceci sigue avanzando en los tribunales federales, y este lunes sumó un nuevo imputado. Se trata de Rowel Tagalera, un marino filipino que fue detenido la semana pasada al ingresar nuevamente al país a bordo de otra embarcación. La droga había sido descubierta el pasado 30 de abril mientras el buque se encontraba amarrado en el puerto Vicentin de San Lorenzo, pero la investigación apunta a que el cargamento fue incorporado en aguas cercanas a Montevideo.

En la audiencia de este lunes, el juez Carlos Vera Barros dictó prisión preventiva por 60 días para Tagalera, en función de la gravedad del hecho y los riesgos procesales. El filipino integraba la tripulación del MV Ceci, que navegaba bajo bandera de las Islas Marshall y tenía destino final en Ámsterdam. Según fuentes judiciales, colaboró con el ocultamiento de la cocaína dentro de la cámara frigorífica del buque.

Este es el segundo imputado en la causa. Días después del hallazgo ya había sido detenido el cocinero del barco, Jonathan Caputero, también de nacionalidad filipina, quien reconoció haber participado de la maniobra. Ambos habrían actuado como engranajes menores dentro de una organización aún no identificada.

El caso, que involucra puertos internacionales y rutas del narcotráfico hacia Europa, revela una estructura compleja pero silenciosa. Las detenciones apuntan hacia la base operativa, pero poco se sabe todavía sobre quienes planificaron y financiaron el millonario envío.

El avance de la causa contra los marinos filipinos permite acercarse al modo en que se concreta el contrabando internacional de drogas, pero aún deja interrogantes sobre los verdaderos responsables. La trama narco se mueve entre continentes, y Rosario vuelve a ser un puerto clave en el mapa.

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