Ocurrió en el Puerto de Vicentín en San Lorenzo
Una operación conjunta entre Prefectura Naval y autoridades aduaneras permitió detectar un cargamento de cocaína oculto en un buque mercante de bandera extranjera. El hallazgo se realizó en un puerto agroexportador de San Lorenzo y forma parte de una investigación federal en curso.
Este miércoles al mediodía, personal de la Prefectura Naval Argentina y de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) detectó un cargamento de droga que se encontraba oculto en una cámara frigorífica de un buque mercante amarrado en un puerto privado de la ciudad de San Lorenzo, al norte de Rosario. Se trata de al menos 400 kilogramos de cocaína distribuidos en paquetes que, según estimaciones preliminares, tendrían como destino el mercado internacional.
La embarcación en cuestión, de nombre “CECI” y con bandera de las Islas Marshall, había arribado recientemente desde Emiratos Árabes Unidos. El itinerario previsto incluía una escala en Uruguay antes de continuar rumbo a aguas internacionales, lo que refuerza la sospecha de que el estupefaciente estaba destinado a ser exportado fuera del continente.
El cargamento estaba camuflado dentro de una cámara de refrigeración, lo cual indica un grado de planificación que está siendo analizado por los investigadores. En la bodega principal del buque se transportaban más de 40 toneladas de pellets de girasol, una carga habitual en la operatoria de exportación de la región.
El caso quedó en manos del fiscal federal de San Lorenzo, Claudio Kishimoto, quien dispuso una serie de medidas para preservar la evidencia y avanzar con pericias técnicas. También se tomaron declaraciones a miembros de la tripulación y se comenzó a trazar la ruta completa del buque para determinar en qué momento pudo haberse cargado la droga.
La investigación continúa bajo estricta reserva, y las autoridades no descartan futuras detenciones o procedimientos en otras jurisdicciones. El operativo representa uno de los decomisos de cocaína más significativos en lo que va del año en puertos del litoral argentino y refuerza la preocupación sobre el uso de rutas comerciales legales para actividades ilícitas de alcance global.