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Cayó el cerebro detrás de una megafraude

Vendía terrenos que nunca entregaba

La Policía Federal Argentina detuvo a un hombre acusado de múltiples estafas inmobiliarias y lavado de activos. Más de 40 personas fueron engañadas con promesas de terrenos que jamás existieron. Una compleja red de estafas fue desbaratada en Rosario tras la detención de un hombre de 43 años, acusado de múltiples delitos económicos. La operación fue encabezada por el Departamento Federal de Investigaciones de la Policía Federal Argentina, bajo lineamientos del Ministerio de Seguridad de la Nación. La investigación se inició en abril, cuando la Fiscalía de Delitos Económicos, a cargo del Fiscal Narvaja, quien solicitó tareas investigativas a la División Unidad Operativa Federal Rosario. Con el correr de los días, se destapó una organización que operaba con fachadas de casas de cambio, donde se realizaban maniobras para evadir controles fiscales y blanquear dinero de origen ilícito.

El acusado habría ofrecido en venta terrenos inexistentes a más de 40 personas. Las víctimas entregaron grandes sumas de dinero en concepto de señas y compra-venta, pero nunca recibieron la propiedad prometida. Las denuncias se multiplicaron y fueron clave para armar el rompecabezas de este entramado delictivo.

Además, el dinero proveniente de las estafas era canalizado a través de mutuales donde el detenido figuraba como presidente o directivo, simulando operaciones legales para encubrir su verdadero origen. Durante los allanamientos en dos locales comerciales y una vivienda, se incautaron más de 100 millones de pesos, miles de dólares y euros, armas, equipos electrónicos y documentación relevante.

El acusado quedó detenido y a disposición de la justicia, imputado por “Estafa”, “Administración Fraudulenta” y “Lavado de Activos”.

El caso expone cómo las estructuras del delito económico pueden infiltrarse en el mercado inmobiliario y financiero, afectando a decenas de personas de buena fe. La acción de la justicia y las fuerzas federales permitió frenar una red que combinaba la estafa con el blanqueo sistemático de fondos, y deja en evidencia la necesidad de controles más estrictos sobre actividades que, a simple vista, aparentan legalidad.

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