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Blindaje penitenciario

Santa Fe equipa con chalecos de última generación a sus agentes

La provincia entregó 300 chalecos antipunzantes y antifragmentarios al Servicio Penitenciario. La inversión fue de $177 millones. Se trata de una medida inédita a nivel nacional que apunta a mejorar la seguridad en cárceles y fortalecer el sistema.

En un acto realizado este lunes en el Complejo Penitenciario Rosario, la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia, junto al ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Cococcioni, encabezó la entrega de 300 chalecos antipunzantes y antifragmentarios destinados al personal del Servicio Penitenciario provincial. La inversión fue de 177 millones de pesos y convierte a Santa Fe en la primera jurisdicción del país en incorporar este tipo de protección para celadores de pabellones.

Detalles del equipamiento

Los chalecos están diseñados bajo estándares internacionales y resisten ataques con objetos cortopunzantes. Fabricados con poliéster reforzado con fibra de vidrio, no se deterioran por la humedad ni tienen fecha de vencimiento. Cada uno incluye placas rígidas de alta resistencia y fundas especiales de material Molle, lo que garantiza su durabilidad y funcionalidad en contextos complejos.

Durante el acto, Scaglia afirmó que esta entrega representa el compromiso del gobierno provincial con el fortalecimiento del sistema penitenciario: “Trabajamos todos los días para tener el mejor sistema de seguridad del país”, expresó.

Por su parte, Cococcioni remarcó que el Servicio Penitenciario dejó de ser la “cenicienta” de las fuerzas de seguridad y hoy cumple un rol clave en la estrategia criminal del gobierno. Señaló también que un tercio de los homicidios en Rosario eran ordenados desde cárceles, y que este tipo de inversión permite recuperar el control interno del sistema.

La secretaria de Asuntos Penales, Lucía Masneri, destacó que los nuevos chalecos permitirán proteger a todo el personal que trabaja en pabellones, subrayando que esta incorporación representa un cambio estructural en la seguridad penitenciaria.

La entrega de estos elementos es parte de una política de seguridad integral que busca dotar de recursos a quienes trabajan en uno de los frentes más complejos del Estado. Invertir en protección no solo garantiza mejores condiciones para los agentes, sino que fortalece todo el sistema de control penitenciario, con impacto directo en la seguridad ciudadana.

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