Uno de los imputados fue declarado inimputable por padecer un trastorno psicótico
La Justicia imputó este miércoles a los dos hombres acusados de asesinar a Lucas Cicarelli durante un intento de robo en Rosario. Uno de ellos, Pablo Ismael Ibáñez, fue declarado inimputable por padecer un trastorno psicótico; el otro, Andrés Rodrigo Frontera, recibió prisión preventiva.
El hecho ocurrió la madrugada del domingo pasado en la zona de Moreno y el río Paraná. Lucas, de 25 años, estaba con su novia cuando fueron abordados por dos hombres armados. “Dame todo o te mato”, relató la joven que escuchó de uno de los ladrones. En el forcejeo, Lucas fue empujado al vacío y cayó por la barranca. Horas después, su cuerpo fue hallado sin vida.
Frontera fue detenido pocos minutos después, escondido bajo un árbol, con la mochila de la novia en su poder. Ibáñez, en cambio, escapó y fue detenido al día siguiente cerca de su casa. Lo identificaron por sus cicatrices faciales. En audiencia, no recordaba su nombre completo ni su fecha de nacimiento. Según la pericia psiquiátrica, padece un trastorno psicótico derivado del consumo de drogas y no comprende la criminalidad de sus actos.
La fiscal Agustina Eiris solicitó que Ibáñez sea alojado en una unidad penitenciaria y evaluado por una Junta de Salud Mental. Su historial incluye 14 detenciones en un año, seis de ellas por robo. Ya había estado internado en la Colonia de Oliveros, de donde fue externado pese a alertas previas.
La defensa pidió que se lo traslade sin custodia a una institución de salud, pero el juez Jorge Sosa ordenó su prisión preventiva con evaluación psiquiátrica. Sobre Frontera, cuya participación aún es debatida por su abogada, también se dispuso prisión preventiva por plazo de ley.
En la audiencia, los padres de Lucas se manifestaron conformes con el avance de la causa, aunque visiblemente dolidos: “Nos arruinó la vida. Débil mental o no, tiene que estar preso. Ya demostró que es violento y capaz de matar”.