Con 196 femicidios en lo que va del año, 29 en Santa Fe y 11 sólo en octubre
Argentina atraviesa una emergencia nacional en violencia de género. Aumentan los crímenes vinculados a las economías delictivas y a un sistema que empuja a las mujeres a la vulnerabilidad extrema.
Un país donde el género sigue siendo condena. En lo que va del 2025, al menos 196 mujeres y disidencias fueron asesinadas en Argentina por motivos vinculados al machismo, a la violencia de género y a delitos organizados que operan con impunidad en los márgenes de la pobreza estructural. En Santa Fe, la cifra ya alcanzó los 29 casos, con 11 femicidios sólo en el mes de octubre.
Cada crimen es el desenlace más extremo de una cadena de violencias sostenidas, donde las víctimas no encuentran protección ni respuesta efectiva del Estado. Muchas de ellas fueron previamente amenazadas, denunciaron a sus agresores o vivían en contextos de exclusión y precariedad. La ausencia de políticas públicas efectivas, el vaciamiento de programas de acompañamiento y el desmantelamiento de redes comunitarias de contención profundizan este drama social.
Las voces que deberían proteger, promueven el odio. Desde el Poder Ejecutivo nacional, se multiplican los discursos antiderechos, que minimizan o niegan la existencia misma de la violencia de género. Las medidas económicas del actual gobierno no sólo han destruido programas de asistencia alimentaria, salud y prevención, sino que han facilitado condiciones para el crecimiento de redes delictivas que trafican con cuerpos y vidas, especialmente en los barrios más empobrecidos.
Organizaciones sociales y feministas advierten que estamos en Emergencia Nacional en Violencia de Género. Desde Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) exigen que el Congreso discuta con urgencia la ley de Emergencia y que el Estado recupere su responsabilidad en garantizar una vida libre de violencias.
“No es sólo odio: es también hambre, es exclusión, es abandono. Seguimos luchando por nuestros derechos, por nuestras vidas”, expresó Gabriela Sosa, directora ejecutiva de MuMaLá y candidata a diputada nacional por el Frente Amplio por la Soberanía.
Las cifras no son sólo números. Son hijas, madres, amigas, vecinas. Son vidas arrebatadas por un entramado de violencias que no se detiene. Reconocer la emergencia es el primer paso para cambiar esta realidad. Mientras tanto, las feministas siguen de pie, construyendo redes, resistiendo la crueldad y exigiendo un país más justo para todos