Ocurrió este martes en la zona oeste de Rosario

Un móvil del Comando Radioeléctrico fue clave para asistir a una mujer que dio a luz en su casa antes de la llegada de la ambulancia. Madre e hijo fueron trasladados sanos a la Maternidad Martin. A veces, la urgencia no da tiempo a hospitales ni protocolos. Eso ocurrió este martes en calle Oliveros al 2200, cuando un llamado a la Central de Emergencias del 911, alertó sobre una mujer en trabajo de parto dentro de su domicilio. Eran las 15.50, cuando un móvil policial, fue comisionado al lugar. Lo que siguió fue una escena donde el deber policial se entrelazó con la vida misma.

Al llegar, los efectivos fueron recibidos por el esposo de la mujer, visiblemente nervioso. Al ingresar al dormitorio, encontraron a la madre acostada, ya en plena labor de parto. Sin tiempo que perder y con los nervios controlados, los agentes tomaron el rol de parteros improvisados. Con extrema cautela y humanidad, asistieron el nacimiento del bebé, aún con el cordón umbilical sin cortar.

La prioridad fue proteger a ambos: dar calor al recién nacido, verificar sus signos vitales y contener emocionalmente a la madre, en medio de un momento tan íntimo como inesperado. Mientras tanto, una ambulancia del SIES, acudió rápidamente y se encargó del traslado a la Maternidad Martin. Allí, madre e hijo fueron recibidos para controles y atención médica especializada.

Este tipo de situaciones, que escapan al protocolo habitual, ponen de relieve el costado humano del trabajo policial. La preparación, el compromiso y, sobre todo, la sensibilidad de los agentes fueron claves para garantizar un desenlace feliz.

En una jornada que pudo haber sido crítica, la rápida intervención policial marcó la diferencia. Un bebé llegó al mundo en brazos de quienes suelen cuidar las calles. Esta vez, cuidaron una vida desde el primer instante. Y lo hicieron bien.