Múltiples procedimientos que expusieron el accionar policiaco en una noche pasada por agua
Una noche, varias escenas. Rosario volvió a ser el escenario de una cadena de delitos que, lejos de estar conectados entre sí, revelan un patrón: la normalización del uso de armas, reales o no, para cometer robos. La respuesta policial fue rápida y articulada. Un llamado a la Central de Emergencias del 911, alertaba cerca de las 22.30, que un conductor de la aplicación DIDI había sido víctima de un robo calificado en la zona de Felipe More y Jamaica. Dos hombres, aparentemente armados, lo interceptaron, lo amenazaron y le sustrajeron su vehículo: una camioneta Ford EcoSport.
Apenas recibida la denuncia, personal del Grupo Táctico Multipropósito y del Comando Radioeléctrico implementaronun operativo cerrojo. La camioneta fue localizada minutos después abandonada en la intersección de Avellaneda y Lamadrid. Mientras patrullaban las inmediaciones, los efectivos observaron a dos individuos corriendo por calle Lamadrid hacia barrio Plata. En una maniobra rápida, lograron interceptar a uno de ellos en Aurora y Castellanos. Llevaba una campera camuflada, pantalón oscuro y zapatillas negras con vivos blancos, tal como lo describió la víctima. Fue identificado como Kevin Alberto R de 23 años, y trasladado a la Comisaría 12º.
En la madrugada del domingo, otro caso ocupó a los patrulleros, en zona norte, cuando un Citroën C4 negro fue detectado circulando por Casiano Casas al 1100. El auto tenía pedido de secuestro activo desde octubre de 2013. Según el informe policial, fue robado minutos antes en Franco al 1700 por tres hombres y una mujer armados. El conductor, Agustín Ezequiel F de 25 años, fue aprehendido sin oponer resistencia y trasladado a la Comisaría 10º.
Poco después, en Domingo Candia y Norman Pons, un adolescente de 14 años fue observado por personal de la Brigada Motorizada agazapado detrás de un árbol. Al requisarlo, encontraron en su cintura una réplica de arma de fuego de color negro. El menor fue puesto a disposición del Juzgado de Menores, que ordenó su entrega a sus padres.
Ya entrada la madrugada, en Cerrito al 5100, la policía detuvo un Chevrolet Meriva que circulaba a gran velocidad. Dentro iban cuatro personas: tres hombres y una mujer. En la requisa hallaron una pistola Beretta calibre 22 con cinco municiones, una en recámara y cuatro en el cargador. Fueron detenidos Fabián Hugo N (60), Lucas Hernán R (26), Daniel Alberto R (34) y Débora Ayelén E (34). Todos fueron trasladados a la Comisaría 32º junto al vehículo y el arma secuestrada.
Finalmente, ayer por la tarde, la policía acudió a un llamado de auxilio en Matienzo al 200 bis, donde una mujer denunció que un hombre con un arma había intentado intimidarla en su kiosco. La víctima, de 25 años, logró huir del lugar. El sospechoso, Maximiliano Ezequiel D de 38 años, fue detenido con una réplica de arma negra envuelta en cinta adhesiva y con un candado dentro, lo que generó alarma en el primer momento.
Cinco hechos distintos, once personas involucradas y un denominador común: el uso de armas, ya sean reales o de utilería, como forma habitual de intimidación. La Policía de la Provincia de Santa Fe, a través de la Unidad Regional II, demostró una capacidad de respuesta destacable.
