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Una amenaza de bomba en la maternidad, paralizó las funciones del nosocomio

Si bien se trató de una falsa alarma, se activaron los protocolos. Además en la Terminal de Ómnibus hubo una persecución

En menos de una hora, la ciudad fue escenario de dos hechos simultáneos: una amenaza de bomba en centros de salud y la aprehensión de una mujer tras una peligrosa huida en auto.

Fue en horas de la madrugada de este martes, que se registraron dos hechos intensos y alarmantes. Pasadas las 4, de este martes, personal del SIES alertó sobre una amenaza de bomba en dos centros de salud claves de la ciudad: la Maternidad Martin y el CEMAR. La advertencia aseguraba que el artefacto explosivo estaría oculto en el baño de mujeres. Inmediatamente se activó el protocolo correspondiente: evacuación total, cortes de tránsito en la zona y la intervención de las divisiones de Explosivos, Tránsito y el COEM. Tras una exhaustiva revisión de ambos edificios, confirmaron que se trataba de una falsa alarma.

Mientras el operativo aún se desarrollaba, a pocas cuadras, en la Terminal de Ómnibus, se producía otro hecho inquietante, cuando un guardia de seguridad, alertó a la policía, sobre la presencia de una mujer que denunciaba una estafa desde un auto en la plataforma 10. Al acercarse, los agentes, fueron sorprendidos por la conductora, quien aceleró a gran velocidad realizando maniobras peligrosas y poniendo en riesgo la integridad de los uniformados, quienes lograron esquivarla por segundos.

La mujer, identificada como Vanesa Soledad S de 38 años, fue interceptada por móviles del Comando Radioeléctrico y detenida tras una breve persecución a bordo de un Renault Fluence negro. El caso quedó a disposición de la Comisaría 2º por razones jurisdiccionales.

La doble intervención policial en una misma madrugada refleja el nivel de alerta constante en una ciudad donde lo imprevisto puede aparecer de madrugada. Mientras una amenaza movilizaba a personal especializado, otra situación evidenció los riesgos cotidianos que enfrenta la fuerza en cada guardia. La respuesta rápida evitó consecuencias mayores, pero deja una advertencia: la seguridad pública también se juega en cada minuto de calma aparente.

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