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Una pelea, un filo, una tragedia

En Capitán Bermúdez, un adolescente de 16 años fue imputado por el homicidio de su hermano

La escena fue breve, doméstica y brutal. Ocurrió el lunes 8 de julio por la tarde, en una vivienda humilde de la localidad de Capitán Bermúdez, donde una pelea entre hermanos terminó en tragedia. Según la imputación realizada en audiencia el pasado jueves, Néstor Abel Junior Arévalo de 16 años, hirió de muerte a su hermano Rubén Arévalo con un arma blanca, en medio de una discusión familiar desatada, según testimonios, por un par de zapatillas.

La Fiscalía, a cargo de la Dra. Romina Cocomazzi, de la Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente, lo imputó por el delito de homicidio simple consumado en calidad de autor. El Juez de primera instancia, Dr. Eugenio Romanini, formalizó la audiencia imputativa y ordenó 45 días de prisión preventiva, que el adolescente cumplirá en el Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil.

La víctima falleció el miércoles a causa de un neumotórax en el lado derecho, provocado por la puñalada. El hecho, que en principio parecía una riña menor, escaló en segundos hasta un punto irreversible. Hoy, una familia queda rota: un hermano muerto, otro encerrado, y una comunidad que intenta entender cómo la violencia puede emerger de lo cotidiano.

Lo ocurrido en Capitán Bermúdez es un golpe seco a las estructuras familiares y sociales. Una discusión por un objeto banal terminó con una vida perdida y otra atrapada en el sistema penal juvenil. El caso no solo abre un expediente judicial, también deja abierta una profunda reflexión sobre los vínculos, los impulsos y la violencia que crece en silencio.

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