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Crónica de una herida anunciada

Otra vez la misma familia ocasionando problemas en el FONAVI de Supercemento

Víctor Olivera ingresó al HECA con una herida de arma blanca tras un nuevo episodio violento en un barrio donde los vecinos denuncian hace años una vida bajo amenaza constante.
La mañana de este martes, volvió a teñirse de violencia en los FONAVI de Supercemento, en la zona oeste de Rosario. A las 9.30, Víctor Olivera, integrante de una familia fuertemente cuestionada por los vecinos, ingresó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) con una herida de arma blanca en la zona lumbar. El parte médico indicó que la lesión no comprometió órganos vitales, por lo que fue dado de alta pocas horas después.

Según testimonios recolectados en el monoblock 18 de Donado 849, , el episodio forma parte de una escalada de hechos delictivos y amenazas atribuidos a los Olivera, una familia señalada por su presunta vinculación con el narcomenudeo, el abuso de menores y múltiples hechos de violencia. “Traen chicas menores, las drogan, las golpean y nadie hace nada”, denunció una vecina que prefirió mantenerse en el anonimato por temor.

Uno de los hermanos, de 18 años, está señalado como “soldadito narco”, ha sido detenido varias veces, pero siempre recupera la libertad. La referente de la familia era Silvia Olivera, fallecida recientemente, lo que, según los vecinos, dejó a los demás miembros “fuera de control”.

El departamento que ocupan no está adjudicado, acumula deudas, y existen denuncias formales en organismos de vivienda y ante la justicia por amenazas, usurpación, prostitución de menores y violencia extrema. Aun así, la familia permanece en el lugar.

“Ya pegaron, amenazaron, incluso desnudaron a un chico en público, pero siguen ahí”, expresó con impotencia otra vecina. Este martes, la preocupación volvió a crecer tras el alta de Víctor, quien ya regresó al barrio.

Mientras la policía acude con frecuencia, la comunidad de Supercemento vive con miedo. Los Olivera representan para muchos vecinos un símbolo de impunidad. La herida de Víctor fue leve, pero en el barrio la herida social sigue abierta y sin respuesta.