Marcelo Bailaque renunció como juez federal en medio de graves denuncias
El magistrado dejará el cargo el 1º de julio. Su salida evita el juicio político que lo exponía a causas penales vinculadas al narcotráfico y corrupción.
Marcelo Bailaque, juez federal de Rosario, presentó su renuncia este miércoles al Ministerio de Justicia de la Nación y por elevación, al presidente Javier Milei. Lo hizo en el contexto de fuertes cuestionamientos judiciales y políticos por presuntos vínculos con redes delictivas. Su salida, oficializada para el 1º de julio, se interpreta como una maniobra para evitar el avance de un proceso de destitución en el Consejo de la Magistratura.
La legisladora provincial Lionella Cattalini, una de las impulsoras de las denuncias contra Bailaque, lo acusó de tener conexiones directas con el entorno del narcotraficante Esteban Alvarado. Además, pesan sobre el juez sospechas de maniobras extorsivas contra un empresario, uso irregular de fondos en una cooperativa portuaria y protección judicial indebida. “La renuncia confirma las sospechas. Es una aceptación de su responsabilidad”, dijo Cattalini a la prensa.
Con la salida del cargo, Bailaque perderá sus fueros judiciales y quedará a disposición de la Justicia ordinaria. La fiscalía ya había solicitado prisión preventiva domiciliaria, dado que, según argumentan, existen riesgos de fuga y destrucción de pruebas. Los fiscales que investigan al magistrado forman parte de unidades especializadas en narcotráfico y lavado de activos.
La renuncia aún debe ser aceptada por el Poder Ejecutivo, pero ya abre un nuevo capítulo en el entramado judicial de Rosario, donde la connivencia entre ciertos sectores del poder y estructuras criminales ha sido foco de atención nacional.
La renuncia de Bailaque no solo representa el final de una etapa en la Justicia federal de Rosario, sino que pone en evidencia la necesidad de una depuración más profunda del sistema judicial ante la sospecha de vínculos con el crimen organizado. La impunidad comienza a quebrarse cuando los propios jueces enfrentan la ley.