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Papeles que mienten

Cae un falsificador de RTO tras una entrega pactada

La Policía de Investigaciones detuvo a un hombre que vendía certificados de Revisión Técnica Obligatoria truchos a través de redes sociales. Se secuestró una gran cantidad de elementos usados para la falsificación. Un certificado falso puede parecer apenas una hoja sin valor, pero detrás puede esconderse un riesgo para todos. En Rosario, la Policía de Investigaciones (PDI) logró desarticular una maniobra de falsificación de documentos de RTO (Revisión Técnica Obligatoria), tras detener a un hombre que comercializaba los formularios a través de redes sociales.

Todo comenzó en Marketplace, la sección de compraventa de Facebook, donde el acusado, identificado como Juan Cruz S de 34 años, ofrecía certificados apócrifos como si fueran auténticos. A partir de esto, el pasado lunes 18 de agosto, personal de la PDI simuló ser un comprador y pactó una entrega en la intersección de Avellaneda y Zeballos. La transacción no llegó a concretarse: el hombre fue aprehendido en el acto.

En su poder tenía tres certificados falsos, un celular y dinero en efectivo. Pero lo más relevante apareció al día siguiente, cuando la Fiscalía de Investigación y Juicio –a cargo de la Dra. Aiello y el Dr. Covani– autorizó un allanamiento en su domicilio. Allí encontraron una verdadera “fábrica de papeles truchos”: computadoras, impresoras, sellos (incluso uno de ingeniero falsificado con matrícula inexistente), obleas de Enargas, formularios de RTO y documentación de verificación vehicular tanto de Santa Fe como de Buenos Aires.

La investigación demostró que el detenido imitaba el formato y la apariencia de certificados legales, simulando que eran emitidos por plantas verificadoras habilitadas. El objetivo era simple pero peligroso: hacer pasar por vehículos verificados a autos que no contaban con la revisión correspondiente.

Actualmente, tanto el acusado como los elementos incautados quedaron a disposición de la justicia. La causa está caratulada como falsificación de documentos públicos, y podría ampliarse conforme avancen las pericias sobre los dispositivos secuestrados.

Este caso es una muestra más de cómo la ilegalidad se disfraza en lo cotidiano. Comprar un certificado falso puede parecer una salida fácil, pero implica riesgos legales y, sobre todo, de seguridad vial.

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