Armas, persecuciones y resistencia en Rosario

En menos de 24 horas, tres operativos distintos dejaron armas, vehículos robados y cuatro personas detenidas. La violencia urbana no descansa, ni siquiera de noche. Durante esta madrugada, las calles de Rosario volvieron a ser el escenario de una secuencia que ya no sorprende, pero sí preocupa. Tres hechos aislados en diferentes puntos de la ciudad muestran cómo la violencia y el delito siguen moldeando la rutina urbana. Desde un arma escondida en una cocina hasta un vehículo robado detectado durante una picada, la ciudad vivió una jornada que resume un viejo problema: el crimen no duerme.

El primer episodio ocurrió en Banco Nación y Esquiú, cerca de las 3:20. Personal policial que patrullaba la zona por presunta venta de estupefacientes terminó detectando a un hombre que, al verse descubierto, huyó hacia una vivienda. Allí, los agentes encontraron un arma de fuego escondida bajo la cocina junto a municiones. La rápida reacción evitó un desenlace más complejo, pero dejó en evidencia una vez más la facilidad con la que se accede a armamento.

Horas antes, en la zona sur, otro despliegue tuvo lugar en calle León al 1000. Cuatro personas fueron detenidas por encubrimiento y resistencia a la autoridad. Dos automóviles, dos motos y una bicicleta adulterada fueron secuestrados. Uno de los implicados, con causas federales, intentó escapar por los techos, mientras que el resto fue reducido tras una persecución. El caos en esa escena fue apenas contenido por la coordinación de móviles policiales.

Finalmente, en el oeste, la tarde de este domingo, cerró con la aprehensión de un joven de 22 años que participaba de picadas con una moto robada. El vehículo tenía pedido de secuestro activo por robo, registrado apenas tres días antes.

Estos tres casos, sucedidos en diferentes horarios y puntos de la ciudad, dejan al descubierto una postal cotidiana: el delito adopta distintas formas, pero siempre encuentra espacio.