Los jueces Román Lanzón, Carlos Leiva y Mariano Aliau condenaron este lunes al policía Luciano Mariano Nocelli a la pena de 25 años de prisión efectiva por haber matado a Maximiliano Adrián Rosasco de 21 años y su prima Jimena Gramajo de 23, quienes habían cometido un intento de robo el 21 de mayo de 2019 en zona de Buenos Aires y 27 de Febrero.

Nocelli, de 34, recibió 25 años de prisión efectiva por el delito de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de sus funciones como miembro integrante de una fuerza de seguridad. Y fue absuelto de falsedad ideológica de instrumento público.

El fiscal Adrián Spelta le atribuyó a Nocelli que en el marco de un procedimiento que tenía como objetivo la aprehensión de los autores de un hecho de robo, en abuso de las funciones como miembro del Comando Radioeléctrico, disparó dos veces hacia Gramajo y entre una y cuatro hacia Rosasco, provocando su caída para luego producir tres disparos más. Ambos murieron.

El otro policía que estuvo en el procedimiento, Hugo Leone de 26 años, fue absuelto. Lo habían acusado de falsedad ideológica, incumplimientos de los deberes de funcionario público y encubrimiento.

PIDEN PERPETUA PARA UN POLICÍA ACUSADO DE MATAR A DOS MOTOCHORROS EN PARQUE YRIGOYEN

Parte de la secuencia quedó grabada por una cámara de seguridad. Los jueces expusieron que “no ha sido materia de controversia que Rosasco previamente venía con un arma de fuego a cuestas de intentar robar a una mujer, unos metros al sur de lo que puede captar la cámara de seguridad”.

Pero “estaba prácticamente inmóvil” al recibir los disparos fatales. Su prima Jimena no representaba amenaza alguna para la integridad de los efectivos y tenía pólvora en uno de los orificios producidos por arma de fuego, lo que indica una distancia máxima de disparo de 70 centímetros.

Nocelli disparó por detrás a Gramajo, cuando ésta intentaba incorporarse junto con su motocicleta y también disparó al menos en dos oportunidades contra Rosasco cuando éste se encontraba en el suelo, herido y sin posibilidades de utilizar el arma de fuego que previamente portaba”, le reprochó el tribunal al condenado. El revólver fue hallado a un metro del cuerpo de Rosasco.

“Pudimos apreciar que dos policías tuvieron una conducta diametralmente opuesta. Leone, actuando bajo el amparo de la ley, disparó justificadamente contra Rosasco, que se hallaba frente a él, armado y apuntándolo, lo que suponía una amenaza para la integridad física del agente. Pero la situación de Nocelli difiere sustancialmente. No nos encontramos, ni cuando le disparó a Gramajo, ni cuando disparó en el piso contra Rosasco con algún permiso estatal que lo autorice a ello”, señala el tribunal para justificar la pena impuesta.

Y dice: “Ninguna duda cabe que en el momento final en que Nocelli efectúa los disparos antes aludidos ya no había peligro para los agentes, ni tampoco para terceros que autorizara las detonaciones realizadas a quemarropa”.

“Si el sistema jurídico aceptara conductas como la de Nocelli, todos los ciudadanos estarían expuestos a que cualquier error de apreciación o de interpretación de los hechos –muchas veces atendibles– en relación a cualquier procedimiento, podría llevar a consecuencias irreversibles, con un costo injustificado de vidas humanas”, agregaron.