Santa Fe moderniza la industria carcelaria
El gobierno provincial reformó el régimen de contrataciones del IAPIP para agilizar la producción en los talleres penitenciarios. Buscan transformar el encierro en oportunidad con más empleo, formación y eficiencia.
Menos burocracia, más reinserción: nuevas reglas para producir tras las rejas. En una apuesta por transformar el sistema carcelario, la provincia de Santa Fe implementó un nuevo régimen de contrataciones para el Instituto Autárquico Provincial de la Industria Penitenciaria (IAPIP), con el objetivo de mejorar la productividad, reducir trabas administrativas y potenciar la reinserción social de personas privadas de libertad.
La iniciativa fue presentada por los ministros Pablo Cococcioni (Justicia y Seguridad) y Pablo Olivares (Economía), quienes destacaron que el decreto permite agilizar compras e insumos para que los talleres de carpintería, panificación, herrería y textil funcionen con lógica empresarial, pero sin perder control ni transparencia.
“Queremos que el tiempo de encierro no sea tiempo perdido. Que trabaje quien pueda, que se capacite quien quiera. Este cambio permite eso: que producir adentro no dependa de un expediente que tarda semanas”, explicó Cococcioni.
El IAPIP, que cuenta con talleres en casi todas las unidades penitenciarias, venía funcionando con obstáculos burocráticos que impedían planificar compras o sostener un ritmo constante de producción. Con el nuevo régimen, podrán comprar insumos de manera más ágil, vender al Estado con mejores precios y organizar el trabajo con previsibilidad.
Por su parte, la directora del IAPIP, Rocío Zanón, indicó que los internos que participan de estos espacios reciben una asignación estímulo y forman parte de un plan de tratamiento individual que tiene impacto en su calificación y posibles beneficios penitenciarios.
Además, la secretaria de Asuntos Penales, Lucía Masneri, explicó que el trabajo dentro de la cárcel no es aislado: forma parte de un proceso que evalúa responsabilidad, aprendizaje y voluntad de cambio.
El ministro Olivares, por su parte, afirmó que el nuevo sistema “equilibra eficiencia con transparencia” y permite al Estado comprar mejor, gastar menos y aprovechar el trabajo de los internos para sostener políticas públicas.
Con este paso, Santa Fe reafirma un modelo penitenciario que no se limita al encierro, sino que promueve el esfuerzo, el aprendizaje y la producción como caminos hacia la reinserción real.
En vez de castigo pasivo, un camino hacia la responsabilidad y el oficio. La cárcel, con planificación y trabajo, puede ser también un lugar de cambio.