Tenía un escondite en su departamento y era el tercero más buscado

El viernes por la noche, efectivos de fuerzas especiales de la provincia detuvieron en Rosario a Waldo Alexis Bilbao, uno de los narcotraficantes más buscados de Santa Fe. La captura se realizó tras un operativo conjunto entre la Unidad de Acciones Especiales de la Provincia (Ciope) y las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), bajo una causa del fuero federal por delitos vinculados a la Ley de Estupefacientes.

La detención ocurrió en un domicilio de calle Colón al 1200, donde Bilbao vivía aparentemente en reclusión junto a su familia. Según detalló este lunes el secretario de Seguridad Pública, Omar Pereira, el hombre había acondicionado una parte del departamento con un espacio oculto que funcionaría como refugio en caso de allanamiento, aunque no llegó a utilizarlo.

Bilbao era el tercer prófugo más buscado de la provincia y pesaba sobre él una recompensa de 50 millones de pesos, ofrecida por el Programa Recompensas implementado por el gobierno santafesino. Según la investigación, integraba una organización criminal liderada por su hermano Brian Bilbao, quien aún permanece prófugo. Waldo, por su parte, estaría vinculado al traslado internacional de estupefacientes y al lavado de activos provenientes del narcotráfico.

Durante el allanamiento, Bilbao intentó esconderse en un habitáculo de pequeñas dimensiones, pero fue reducido rápidamente por los agentes. No opuso resistencia armada. Fue trasladado de inmediato a la Unidad Penitenciaria de Piñero, en calidad de detenido federal, a la espera de su derivación al sistema penitenciario nacional.

Pereira destacó que “estos delincuentes saben cómo moverse, se camuflan en zonas densamente pobladas y evitan ser detectados”. También valoró los avances del Programa Recompensas y anticipó que en los próximos días se actualizará la lista de prófugos y los montos ofrecidos.

El caso de Waldo Bilbao revela una constante en los últimos golpes al narcotráfico: muchos de los más buscados no están lejos ni escondidos en parajes remotos, sino en plena ciudad, mezclados entre vecinos comunes. El trabajo de inteligencia y la cooperación entre organismos resulta clave para acorralarlos, capturarlos y romper con los lazos de impunidad que los protegen.