No hubo sobresaltos, el operativo de seguridad fue exitoso, ingresaron 51 mil personas y ganó Rosario Central
El Gobierno de Santa Fe destacó el accionar policial durante el clásico rosarino. Más de 51 mil hinchas asistieron al Gigante de Arroyito. No se registraron incidentes de gravedad, aunque hubo cuestionamientos por los accesos. El clásico rosarino entre Rosario Central y Newell’s, disputado el pasado sábado en el Gigante de Arroyito, cerró no solo con victoria para el local, sino también con un balance positivo en materia de seguridad, según informaron este lunes las autoridades provinciales.
El Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe, a través de la Policía provincial, desplegó un operativo de alto impacto con 582 agentes, divididos en etapas de traslado, permanencia en estadio y desconcentración. A este dispositivo se le sumó un servicio especial de 80 efectivos para custodiar el tradicional banderazo de los hinchas leprosos en la previa del jueves.
Según cifras oficiales, ingresaron al estadio más de 51.000 personas, superando incluso la capacidad habilitada de 47.550. Esto motivó el cierre anticipado de los accesos y generó algunos empujones e intentos de ingresar sin entrada, aunque sin incidentes de gravedad.
“Fue un clásico con las tribunas llenas, sin disturbios dentro del estadio y sin personas saltando al campo de juego”, destacaron desde la Dirección Provincial de Seguridad en Eventos Masivos. Solo se registraron cinco detenciones menores, relacionadas con desórdenes en los ingresos.
Los traslados de ambas parcialidades y delegaciones también se realizaron con normalidad. En ese sentido, se valoró el trabajo de la Unidad Regional II, así como la colaboración de ambos clubes para mantener el orden antes, durante y después del encuentro.
Consultados por posibles hechos violentos en barrios durante el fin de semana, desde la fuerza negaron relación con el evento deportivo.
En un contexto nacional donde varios partidos terminaron con serios incidentes, Rosario mostró que, con planificación, es posible tener eventos masivos con paz y respeto. La organización del clásico dejó enseñanzas y, sobre todo, un mensaje: el fútbol puede ser fiesta.