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Baleado en su propio kiosco

“Cascarita” Ramírez, la sombra narco que no se disuelve

Un ataque a plena luz en Rueda al 1800 reaviva tensiones del pasado: el herido, con tobillera electrónica, había sido condenado como parte de Los Monos. Este martes al atardecer, el sonido de las balas volvió a sacudir el barrio Hospitales, sobre Rueda al 1800. Pasadas las 19.30, vecinos alertaron sobre detonaciones, a los pocos minutos, la policía y personal médico encontraron a un hombre tendido frente a un kiosco. Tenía heridas visibles en el cuello y la mano. Se trataba de Juan Domingo Ramírez, conocido en el ambiente como “Cascarita”, de 50 años.

Ramírez no es un desconocido para las fuerzas de seguridad ni para la Justicia: vinculado históricamente con la banda narcocriminal “Los Monos”, fue condenado en 2015 en un juicio abreviado a 3 años y 6 meses de prisión por asociación ilícita. También había protagonizado una fuga de película en la Jefatura, por la cual recibió otra pena. Desde 2022 cumplía con una condena de prisión domiciliaria y tobillera electrónica, luego que la Policía Federal allanara su casa en Rueda al 1800, donde tiene su kiosco y le secuestrara estupefacientes para su comercialización

Testigos afirmaron que los disparos provinieron desde una moto. Fueron al menos ocho. Uno de los proyectiles ingresó por el cuello. Ramírez fue trasladado de urgencia al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) donde fue intervenido quirúrgicamente. Su estado, hasta esta mañana, seguía siendo reservado.

Lo que inquieta no es sólo el hecho en sí, sino su contexto. En esa misma zona, el domingo, fue asesinado Brian Figueroa tras salir de la cancha de Newell’s. Las versiones lo vinculan a Ramírez con la vieja guardia de “Los Guerreros”, de Pillin Bracamonte y que desde principios de años, lo habrían acercado a la barra rojinegra. La interna de la barra, está desmembrada tras recientes detenciones, suma incertidumbre a un caso ya cargado de sospechas.

El atentado contra “Cascarita” Ramírez no es un episodio aislado y los investigadores trabajan para revelar la trama compleja que hay detrás de estas últimas muertes, las cuales aún no tienen oficialmente un móvil, pero sí varias hipótesis

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