La mayoría de los asistentes eran menores de edad. Hubo secuestro de equipos y se labraron infracciones.
Una fiesta clandestina con más de 300 jóvenes fue desbaratada en la madrugada del domingo en una vivienda ubicada en la zona de Tarragona al 200 bis, en Fisherton. El operativo fue encabezado por agentes de la Secretaría de Control municipal, con apoyo de efectivos policiales, tras reiteradas denuncias de vecinos por ruidos molestos.
Según informaron fuentes oficiales, la mayoría de los asistentes eran menores de edad y muchos de ellos fueron retirados del lugar por sus propios padres. El evento se había organizado con venta previa de entradas y se constató la presencia de una barra con expendio de bebidas alcohólicas.
Durante el procedimiento, se secuestraron equipos de música y se labraron actas por violación al Código de Convivencia municipal. Tanto los organizadores del evento como el titular de la vivienda deberán comparecer ante el Tribunal de Faltas.
El secretario de Control municipal, Diego Herrera, destacó la importancia del operativo: “Pudimos actuar rápido tras varios reclamos. Nuestro objetivo es mejorar la convivencia urbana. El año pasado atendimos más de 10 mil casos de ruidos molestos y desarticulamos unas 30 fiestas clandestinas. Este año ya llevamos intervenidos 15 eventos similares”.
Desde el municipio insisten en la necesidad de desalentar este tipo de encuentros que ponen en riesgo a menores y vulneran normativas de seguridad y convivencia. También remarcaron que se seguirán reforzando los controles junto con la Policía.
El operativo evidenció la persistencia de fiestas clandestinas en zonas residenciales y la respuesta conjunta entre municipio y fuerzas policiales apunta a prevenir situaciones que afectan la tranquilidad barrial y exponen a menores de edad.