Tío Lucas es el apodo que surgió en la investigación del crimen de David Luciano “Moco” Quiroz, el joven de 27 años muerto a tiros en la mañana del pasado 24 de octubre en la Toma de Magaldi, como se conoce al asentamiento ubicado por esa calle al 8700, en el extremo oeste de Rosario. Allí también fue herido un muchacho, Fabricio Hernán “Kiri” F. Este lunes, Nicolás Ángel “Tío Lucas” B., de 24, escuchó la acusación en su contra por esos ataques desde una sala del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde se recupera de un tiro en el estómago que sufrió ese domingo violento. La fiscal de Homicidios Marisol Fabbro lo acusó de homicidio agravado, lesiones graves, portación y abuso de armas. El juez Román Lanzón valoró los testimonios de la evidencia y le impuso 150 días de prisión preventiva mientras continúa la investigación. El magistrado pidió investigar el accionar policial que culminó en su detención.

Lejano oeste

Un testigo de la muerte de Moco aportó su testimonio sobre esa mañana salvaje. “Ese día domingo 24 de octubre eran alrededor de las 10; yo me encontraba en la casa de David Quiroz conocido como Moco, que quedaba en las Tomas de Magaldi, se le dice así porque son terrenos tomados donde se hicieron casas. Yo estaba parando en su casa, estaba viviendo con él y su esposa Tamara. Esa mañana estábamos durmiendo y empezamos a sentir tiros afuera de la casa, se sentían ahí no más. Nos levantamos con David para ver qué pasaba y cuando salimos nos encontramos con la banda de los Villalba, estaba el apodado Tío Lucas que se llama Nicolás B., Maxi Pupa, Oscar que le dicen Chupete, Franco apodado Lechón y el Gordo Joni. Todos estos pibes estaban armados afuera de la casa de David tirando tiros al aire, estaban a pocos metros de la casa de David. No sé qué querían, buscaban la reacción de mi amigo David, porque querían la casa de él, se la querían sacar para vender droga, como hicieron con las otras casas”.

“Él –declaró el testigo sobre los últimos minutos de David Quiroz– les dice que no tiren más tiros que estaba lleno de chicos, entonces Tío Lucas le empezó a decir cosas a David, como que se iba a quedar con la casa y que lo iba a matar, David le responde que no se iba a quedar con su casa y ahí Tío Lucas empezó a disparar; fueron una banda de tiros, como quince. Tío Lucas le pega un tiro a David que le impacta en el abdomen, cerca de la cintura, se cae y Tío Lucas se le acerca corriendo y lo remata en el piso, descargó el arma con él, le siguió tirando hasta que se acabaron las balas”.

Moco Quiroz fue llevado al Policlínico San Martín y al momento de llegar ya se encontraba muerto. Tenía disparos en la cara, cabeza, cuello, región central de tórax, y antebrazo derecho.

No fue el único testimonio que señaló a Tío Lucas como el homicida. Una vecina expuso Tío Lucas le dijo a Moco Quiroz “arrancá o te mato”. Este abrió los brazos como diciendo “tirá” y vio que Tío Lucas le disparó, los primeros disparos lo hicieron caer y desde el piso le siguió disparando.

Lo cierto es que el personal de balística de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestró dos balas de plomo encamisadas deformadas, 13 vainas servidas calibre 9 milímetros, otro cartucho intacto más una vaina servida calibre 380.

Una circunstancia que es materia de investigación es cómo fue herido el propio Tío Lucas, oriundo del barrio Santa Lucía, que ingresó a las 12.30 al Heca trasladado por su padre. Allí fue señalado por Kiri, el amigo de la víctima fatal que recibió un tiro en una pierna. Tío Lucas tenía un tiro en el abdomen y quedó internado con custodia; 15 días después escuchó las evidencias en su contra.

Una declaración incorporada a la causa perfiló las actividades del histórico clan Villalba: “Ellos son de Barrio Gráfico y venden droga, pero están en todos lados; en la villa conocida como Villa Fantasma, en Ludueña, en Empalme Graneros. Ellos venden por su cuenta, son todos amigos y familiares, primos, tíos, hermanos. Buscan tomar territorio para establecerse y vender droga, viven armados, con todo tipo de armas de fuego”.

Además sobre Moco un testigo aseguró que “venía tirando tiros desde Empalme Graneros y era prestamista; se mudaron a vivir ahí en el barrio hace un año, el problema es por estupefacientes”.

El juez Román Lanzón, una vez escuchada las partes, resolvió dictar la prisión preventiva para Tío Lucas por 150 días y a su vez ordenó dar intervención a la Unidad fiscal de Violencia Institucional respecto de las presuntas irregularidades realizadas por el personal policial al momento de cumplir las órdenes de la fiscal Fabbro que derivaron en la detención del imputado.

Foto: David Quiróz