Fue en barrio Tango y las víctimas, fueron inspectores municipales
Agentes municipales fueron atacados cuando intentaban desactivar una fiesta sin autorización en D’Arienzo al 8900. Tres hombres quedaron imputados y dos de ellos continuarán detenidos.
La noche del 23 de noviembre, en víspera del feriado, un operativo de la Secretaría de Control municipal se activó tras múltiples denuncias por ruidos molestos, pirotecnia y maniobras peligrosas con una camioneta en D’Arienzo al 8900, en barrio Tango. Eran cerca de las 23 cuando los inspectores de la Dirección de Proximidad llegaron al lugar y confirmaron que se desarrollaba una fiesta clandestina en una vivienda de la zona.
Apenas iniciada la intervención, la situación escaló. Los tres hombres que estaban dentro del domicilio salieron y agredieron físicamente a los inspectores, sin mediar palabra. Un agente sufrió lesiones en la boca, mientras que otros recibieron golpes en distintas partes del cuerpo. Una inspectora, en tanto, fue arrojada al suelo y pateada en las costillas. Los cuatro trabajadores resultaron lesionados y realizaron la denuncia correspondiente tras recibir asistencia.
En el marco del caos, el conductor de la Volkswagen Amarok intentó huir junto a otro de los acusados. Abandonaron el vehículo a dos cuadras, pero el rodado fue luego remitido al Corralón Municipal.
Personal policial acudió al llamado de los propios inspectores y logró aprehender a los tres agresores en la misma finca. Días después, en el Centro de Justicia Penal, el fiscal Lucas Altare imputó a tres sujetos por resistencia a la autoridad y lesiones leves.
El juez Bilbao Benítez dispuso 60 días de prisión preventiva para dos de ellos, mientras que un tercero, quedó en libertad restringida, con obligaciones estrictas: presentaciones periódicas, garantía económica de $2.000.000, prohibición de organizar eventos y constitución de domicilio y garante. La Fiscalía podrá solicitar prórroga de las medidas una vez vencido el plazo.
Lo que comenzó como un operativo por ruidos molestos terminó en un violento ataque a trabajadores municipales y en una causa judicial que avanza con tres imputados. El hecho reabrió el debate sobre la violencia contra agentes de control y la proliferación de fiestas clandestinas en la ciudad.










