El crimen que conmueve a Rosario

Una madre fue asesinada cuando salía a comprar con su hijo. Las balas no buscaban su nombre, pero la alcanzaron. La Justicia investiga un punto de venta de drogas como posible vínculo.

María Florencia González tenía 37 años, era madre, trabajadora, y no tenía vínculos con el delito. La noche del sábado 9 de agosto salió de su casa en Rosario, junto a su hijo menor de edad, para hacer una compra en un kiosco del barrio. En la esquina de Cavour y Ottone, fue atacada a balazos. Su hijo resultó herido sin gravedad. Florencia murió en el lugar.

Las primeras líneas de investigación confirmaron que Florencia no había denunciado amenazas ni tenía antecedentes que la vinculen con bandas delictivas. Tampoco tenía conflictos conocidos con vecinos. Según los fiscales Patricio Saldutti y Franco Carbone, todo indica que era una víctima inocente en una zona marcada por la violencia.

La cuadra donde vivía Florencia había sido denunciada en reiteradas ocasiones por vecinos como un punto de venta de estupefacientes. Incluso, el día anterior al crimen, el mismo lugar fue baleado con armas calibre 40, el mismo tipo utilizado en el ataque que le quitó la vida. Ese dato, según los fiscales, podría orientar la investigación hacia una posible conexión entre ambos hechos.

Actualmente, la Fiscalía analiza imágenes de cámaras privadas en la zona, ya que no existen dispositivos públicos que hayan registrado el momento del crimen. También se tomaron testimonios de vecinos y familiares. El domicilio señalado como búnker fue encontrado vacío tras el ataque. Hay medidas en curso, pero que aún no serán expuestas a la difusión, para preservar la investigación