Una investigación fiscal derivó en múltiples allanamientos en Rosario, tras una denuncia del hospital HECA

En una ciudad que convive con la urgencia, el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) vuelve a estar en el centro de las miradas, esta vez no por salvar vidas, sino por la sospecha de haber sido epicentro de una red de irregularidades. Este jueves, el Equipo Fiscal Transitorio en Violencias Altamente Lesivas de Rosario —integrado por los fiscales Caterina y Spelta— llevó adelante una serie de allanamientos simultáneos en 12 domicilios, una funeraria del oeste rosarino y sectores específicos del propio HECA.

La investigación comenzó tras una denuncia formal presentada por la Dirección del hospital, con colaboración directa de la Municipalidad de Rosario. Según fuentes judiciales, el foco está puesto en el presunto robo de insumos médicos, un hecho que, de confirmarse, podría comprometer el funcionamiento mismo de uno de los centros de salud más importantes del país.

Los operativos, llevados a cabo por la Dirección de Asuntos Internos, buscaron asegurar elementos de prueba que permitan esclarecer lo ocurrido. Hasta el momento, no se registraron detenciones, pero las autoridades confirmaron que se continúa trabajando para determinar responsabilidades y conexiones entre los implicados.

Este caso abre una nueva grieta en el vínculo entre lo público y lo privado, en un contexto donde cada recurso sanitario es vital. La transparencia en los servicios de salud no es solo una exigencia ética, sino una necesidad humana. El HECA, símbolo de asistencia en situaciones extremas, hoy enfrenta su propia emergencia institucional.